Uno de los problemas con los que se ha encontrado la industria del vehículo eléctrico es que para la fabricación de las baterías utilizan litio. El litio es hoy por hoy un elemento escaso y caro, que hace que los costes crezcan muchísimo y que no haya disponibilidad para fabricar de manera continua. Por eso, la industria del vehículo eléctrico está inmersa en un proceso de ahorro de costes de fabricación y uno de los pasos que están dando es desarrollar baterías con otros elementos distintos al litio.
Todas las baterías funcionan de una manera similar, pero utilizan diferentes componentes químicos. El litio, el níquel y el manganeso son hasta ahora los más comunes, pero durante los últimos meses se habla sobre todo de las baterías LFP, que utilizan como elemento de fabricación los fosfatos de hierro.
Qué son las baterías LFP
Las baterías LFP son las que utilizan láminas de fosfatos de hierro para su construcción. Representan una opción más barata que las baterías de litio e igualmente efectiva. Por ello, su gran ventaja principal es el bajo coste de producción.
No sólo eso, sino que las baterías de litio combinan el litio con el cobalto y el resultado es tremendamente tóxico para los seres vivos y el medio ambiente. Decidir qué hacer con esas baterías después de su vida útil y cómo poder reciclarlas es un problema encima de la mesa al que aún no se ha encontrado una solución unánime. Los ferrofosfatos por su parte son inocuos.
Actualmente, las baterías LFP que utilizan ferrofosfatos o fosfatos de hierro se usan sobre todo para vehículos de transporte pesado. Sin embargo, algunos fabricantes como Tesla han anunciado ya que comenzarán a montar este tipo de baterías en sus coches. De hecho, el Model 3 de Tesla vendido en China ya usa estas baterías LFP.
Ventajas e inconvenientes de las baterías LFP
Las baterías LFP tienen sin duda puntos positivos, pero también algunos que no lo son tanto. Hagamos un repaso de las principales ventajas e incovenientes:
Ventajas
- Más baratas y fáciles de fabricar. El litio es un elemento caro y escaso, por lo que los ferrofosfatos son más fáciles de encontrar y por ello más baratos.
- Leve degradación a largo plazo. Este es un dato muy importante, ya que las baterías se degradan con el uso y el paso del tiempo, mientras que las LFP lo hacen en menor medida. Después de 3.000 ciclos de carga y descarga, una batería LFP tiene disponible el 80% de su carga original, lo que es muchísimo más que otro tipo de baterías como las de litio.
- Menos sensibles a las altas temperaturas. Tienen muchas menos posibilidades de sufrir sobrecalentamiento.
Desventajas
- Densidad energética inferior. Esto se traduce en un voltaje ligeramente inferior, lo que hace que la batería tenga que ser más grande físicamente para proporcionar la misma autonomía que las de litio.
- Más sensibles al frío extremo. Si decíamos que soportan mejor las altas temperaturas, en el caso del frío extremo (por debajo de 20 grados) perderían su capacidad a la mitad.
Asegura tu propio punto de recarga
Mientras llegan las baterías LFP, e incluso cuando sean ya una realidad, si te animas a comprar un coche eléctrico, es instalar tu punto de recarga eléctrico en tu casa o garaje comunitario. Después de hacer esa inversión, no querrás que sufra daños y te cueste más dinero aún arreglarlo o reponerlo. No te preocupes, tenemos la solución.
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